Ambiente de aprendizaje híbrido: una práctica transformadora

Una interacción cara a cara con instrucción mediada a través de las tecnologías de la información y comunicación.

Con los avances tecnológicos, el proceso de enseñanza – aprendizaje ha cambiado. Esto da pauta para realizar cambios en las clases presenciales tradicionales, por lo tanto, es momento de reflexionar sobre cómo innovar y usar herramientas tecnológicas en la práctica docente, con el objetivo de  favorecer el aprendizaje del estudiante en un nuevo contexto social y tecnológico.

El aprendizaje híbrido es resultado de esas reflexiones y abre una serie de cuestionamientos como los siguientes: ¿qué es un ambiente de aprendizaje híbrido?, ¿qué debemos tener en cuenta al momento de aplicarlo?, ¿cómo podemos crear este tipo de ambiente?

De acuerdo a Osorio (2010), un ambiente de aprendizaje híbrido es la interacción cara a cara con una instrucción mediada a través de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Esto se vuelve óptimo porque se aprovecha el ambiente presencial con la integración de las herramientas tecnológicas y se generan escenarios, circunstancias y dinámicas que fomentan un ambiente donde los individuos viven experiencias de aprendizaje significativas. Un ejemplo de un ambiente de aprendizaje híbrido es Aula invertidaque es aquella en la que el estudiante se familiariza con el contenido en casa y en clase se desarrollan actividades de aprendizaje significativo, donde el rol del docente se vuelve “personalizado”. 

El aprendizaje híbrido contribuye a romper con la rutina del trabajo en el aula. Además, hace que la experiencia de aprendizaje tenga sentido y sea motivante para el alumno, ya que les enseña a generar estrategias para la solución de problemas de forma colaborativa. A través de esta dinámica, el docente reconoce al estudiante como constructor de su propio conocimiento y asume el rol de mediador/orientador de la experiencia de aprendizaje.

Al momento de aplicar este tipo de ambiente de aprendizaje se debe tener en cuenta el contexto, el perfil del docente y estudiante; la infraestructura, el conocimiento de herramientas tecnológicas y la planeación de las actividades; el registro de avances, administración de la información, retroalimentación y análisis de la información. Es importante considerar la cantidad y calidad de la información a la que accederán los estudiantes, prestar atención en cómo accederá y se apropiará de ella.

Para crear un ambiente híbrido, el docente debe generar recursos didácticos innovadores que le permitan incorporar la tecnología en su práctica, logrando con ello que el salón de clases además de ser el medio donde se genera el aprendizaje, sea un escenario donde se propicien interacciones enriquecedoras. Por lo tanto, reconocer la importancia de las herramientas tecnológicas para integrarlas en un contexto presencial significa –para el docente— hacer un cambio de “chip”. Este cambio, según nos explica Osorio, implica:

  • Cambiar la metodología de aprendizaje sobre la de enseñanza. Por ejemplo: aprendizaje basado en proyectos o de resolución de problemas a través de casos, etc.
  • Generar “espacios virtuales” en las escuelas y/o salón de clases.
  • Modificar la forma de evaluar los aprendizajes.
  • Considerar que el flujo de información se realiza de manera diversificada y transversal.
  • Ser flexible para adaptarse a un entorno cada vez más abierto y cambiante.

La incorporación de información y herramientas tecnológicas en una clase presencial fomentan cambios en el papel del docente, ya que se vuelve facilitador del aprendizaje, por lo que los estudiantes tienen una percepción positiva en cuanto al contenido, la dinámica y su desempeño.

Por otra parte, es importante recordar que las herramientas tecnológicas son un medio que facilita el proceso de enseñanza- aprendizaje y no son el fin, razón por la cual el docente juega un rol importante en su desempeño.

Si quieres conocer un poco más acerca de este interesante tema, puedes consultar el artículo Blended Learning. Conceptos básicos de la Revista de Medios y Educación, así como la siguiente bibliografía:

Kist, W. (2015). Getting started with blended learning. How do I integrate online and face-to-face instruction?  USA: Arias


Referencia

Osorio, L. (2010). Características de los ambientes híbridos de aprendizaje: estudio de caso de un programa de posgrado de la Universidad de los Andes.
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=78012953004

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